Los niños sanos ríen unas 400 veces al día mientras que existen adultos que no llegan ni a 10 risas diariamente.
5 minutos de risa es equivalente a 35 minutos de un ejercicio aeróbico.
Una hora de angustia equivale a cinco horas de trabajo físico en cuanto a la cantidad de energía consumida.
La risa es un estado meditativo, ya que al reír solo vives el aquí y ahora, en el momento en que piensas se acaba la risa. Tu total plenitud está riendo todo tu ser. Cuando ríes meditas.
Desde la relajación y la respiración está íntimamente conectada con el Yoga.
Existen vocales de la risa que movilizan determinados centros energéticos.
Reír nos permite conectarnos mejor con nuestras emociones, es un perfecto camino para saber que es en realidad lo que sentimos.
Libera endorfinas, que son consideradas las hormonas de la felicidad.
Se limpian los ojos con las lágrimas producidas.
Reír regula el estrés.
La risoterapia también es conocida como geloterapia ya que viene del griego Gelos que significa risa o risos.

Antiguamente, una carcajada servía para indicar una “falsa alarma”: un estudio de 1998, la risa sirve para comunicar que todo está bien y así la utilizaban nuestros ancestros para comunicar la ausencia de peligro. Un ejemplo moderno es cuando alguien se resbala. Si alguien se ríe de él, quiere decir que no sufrió ningún daño, pues si estuviera desangrándose no lo haría. Mientras más fuerte, –nivel carcajada- mucho mejor, así alerta a todo el grupo social.
A pesar de un derrame cerebral, la risa queda intacta: ante este episodio, una persona puede perder el habla y muchas otras capacidades, pero nunca la habilidad de reírse o llorar. ¿La razón? El sistema emocional más antiguo del cerebro –presente en los mamíferos- queda intacto, no así el relacionado con el lenguaje, que es más sofisticado.